sábado, 31 de marzo de 2012

Ecoliteratura: De la guerra a la sustentabilidad


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* *

Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS y LIBROS
De Teoría de la sustentabilidad

ECOLITERATURA, GUERRA Y SUSTENTABILIDAD


En una obra titulada El libro de la guerra que su autor, Carlos López Dzur, tiene en la red cibernética, indica que la urgencia mayor del ser humano y, pese a sus rutinas de vida e inacción política ante la guerra, es la lucha por el alimento y ésta comienza con una comprensión: urge la meditación de estas cosas; ésto en particular, mientras se delega «la unicidad de lo múltiple» («el hombre sale a matar a su hermano», «al hambriento no se le entrega alinento, se matan a civiles inocentes en el camino. Se organiza la violencia por los pretendidos sabios pentagonales y 'las bajas colaterales' se acrecientan como parte del cinismo. «Los grandes símbolos del sentido de libertad y progreso, de paz y futuro, se olvidan. El hambre es dos veces hambre, en la carne y en el alma»). Las Granadas, el Huevo del origen, es decir, lo que contenga «la vida natural de todo lo que existe» (sic.), es reexaminado por este poeta en servicio de la ecología y sustentabilidad:
Todo lo que contenga la vida de la naturaleza entera,
si no tiene forma de granada, de narciso o de huevo,
no induce a pensar nada, no te integra al misterio.
Pero el integrarse al misterio es un afán por participación e invocación colectiva para romper ciclos de miseria. «Dicen los que meditan en el origen / de las cosas (y de veras, yo lo creo) / que la materia es infinita». Un verano de 2005, al compartir sus poemas de El libro de la guerra, en el campus de Chapman University, precisamente al leer este poema titulado De la lucha por el alimento, nos introdujo a reflexiones sobre cómo la lucha pacifista para acabar con los conflictos armados es un paso indispensable para solucionar los problemas de hambre y miseria en el mundo. Partió de la idea de que no son únicamente los 20 países más ricos del mundo quienes tendrán, o ya ostentan el privilegio a consumir materia prima y recursos energéticos no renovables. De hecho, han consumido más que 100 países, o el resto de la humanidad a lo largo de su historia y prehistoria. Sin embargo, éso cambiará. Seguidor de la ecología profunda, de una de sus vertientes sicoanalíticas, que es la ecología de la mente o sustentabilidad de la psique que propone el Dr. Fernando Césarman, mexicano, él pudiera decir como él:

«La esperanza es un principio fundamental para la sustentabilidad de la psique, ya que la esperanza es sanadora en el dominio de la ecología psíquica. Y la perdida de la esperanza influye sobre ese dominio. Cuando la psique se deteriora por la no reflexión y por la enajenación, muere una parte de su ecosistema, algo de su propia biología. Y cuando no hay reflexión, consciencia; no hay contribución a la sustentabilidad psíquica. Cuando crecemos en un mundo y cultura ecocidas nuestro psiquismo puede desarrollar mutaciones en la consciencia y alterar la percepción y el contacto con la realidad, matar o truncar una parte del aparato psíquico; la ecología de la mente, el sistema autorregulatorio presentará un déficit»: Ecología sustentable
«Y no es que la integración de los seres humanos a una ideología de sostenibilidad social, ecológica y económica, sea cosa de inefable comprensibilidad. Una superechería. Misterioso aquí no lo superticioso, mágico o invocación de lo imposible, o supranormal. Es sólo que se comienza en la mente. La mente es el seno de la magia, donde la actitud se transforma en voluntad y nuevos y transformadoS hábitoS... Hay muchos malos hábitos mentales que conducen a la dependencia, a la esclavitud y a la miseria. Las mayorías son muy visibles, son pobres y en cuanto seres que se quejan y sufren, protestan en las calles. Son ruidosas. Ahora falta que aprendan a verse ellas mismas en el invisible rol de su esperanza, en su conducta individual de cambio y preparación antes de que, por una cohesión social de grupo, enfrentan a las jerarquLas poderosas, a las policías que dan garrotasos y a la sminorías insensibles, escondidas en palacios y oficinas de gobierno... Por de pronto, el panorama que vemos es aterrador. La cantidad de personas que vivían en extrema pobreza y hambre es tal... que casi mil millones de personas viven con solo un dólar al día».

Esto lo dijo el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoelick, en su discurso ante la Junta Directiva de la institución y agregó que quince años antes, una de cada tres personas vivía con menos de un dólar al día; hoy, la cifra es una en cinco. Lo que significa que mil millones de personas aún viven en la pobreza extrema».

López Dzur pasó a describir un Ver Sin embargo, el poeta cree el futuro será la comprensión de la sustentabilidad, no porque la Tierra no pueda seguir proveyendo recursos y se vea el planeta como un Dioniso desmembrado»; lo que sucederá, afortundamente, es que la humanidad pobre, mayoritaria, aprenderá a reconsiderar su carácter sagrado. Y la Esperanza es lo que inventa el Campo, no el autodesignado, largamente entronizado, poderoso Opresor de la Historia que dice: «yo, ensombrezco el Otero, y te formo el abismo»

El adquirir La relación pura con la realidad, el campo, la Naturaleza, es un regreso a lo sagrado, a la reintegración, al único paraíso posible, el paradigma de la sustentabilidad como modo de vida armónico con planeta al que se ha producido mucho daño.

Unico paraíso: el manantial del movimiento,
la lluvia que desata la adaptación
al canto, al desafío, la esperanza
como mito de sobrevivencia.
La función permanente, la realidad,
el ser, transformar la madriguera.
Los mitos de sobrevivencia son necesarios y a López le gusta despertar esos mitos, reintegrar los huesos y médulas al Dioniso desmembrado y reinsertarlo en la dinámica de vida, pese a los destructores del mundo que deiran:

Ya no existes, hombre sagrado de las quejas
públicamente dichas, impropiamente toleradas.
Te acabo de quitar el sol.
Te dejo la cagada, escarabajo.
Te ubico en un lugar de anonimato.

[Estado de emergencia]«Eso no es cierto. El hombre puede volver a ser el soberano de sí mismo y redefinir su seguridad, incluyendo su armonía con los ecosistemas. El estado de seguridad no se equivale al Estado de Sitio, al estado de riesgo y autoanulación, que describe Giorgio Agamben por causa del hombre vigilado y anulado por el Estado; su propio gobierno, dizque para protegerlo del terrorismo y la violencia de supuestos enemigos en su lucha por la supervivencia; el estado de seguridad verdadero al que se aspira es la sustentabilidad en la vida. No obstante, se vive en momento en que las corporaciones más grandes del mundo han ocasionado $2.2 billones de daños por ecocidio (2008). La gran masa de naciones hambrientas y pobres (poco más de 3,000 millones de personas) emiten el 6% del CO2, que es poco comparado con el daño que generan los grandes envenenadores, que representan a 700 millones, entre el total de 6,900 millones de personas en el mundo y que, sin embargo, son las responsables del 50% de las emisiones globales de CO2 y los daños contamiantes... Estos análisis de los Estados de Emergencia es paso cualitativo hacia la sustentabilidad, hacia una praxis», explica el poeta.

Cuando uno se pregunta a qué clase de preguntas, CLD quiere esponder en El Libro de la guerra con aproximaciones de la ecología de la psiquis. con Arquetipos que recuerdan las Doctrinas órficas, si bien hay menciones que son lo auténticamente miltar utópicos tales como «Objetivo estratégico», «Meditación sobre George S. Patton», «Efficiency evaluation», «La guerra y la paz imperialistas», «Los condecorados», «Richard Pearle, el Titiritero», las «Escatología de la guerra» (1, 2, 3), éste es un extraño libro donde los objetivos de lucha, o estrategias a cumplirse, no estám en el cmpo de batalla tradicional. Son luchas interiores, ecologías de la psiquis. El poemario se construye por la tensión de lo supone una diferencia interpretativa entre lo que es un miltar o soldado de ejércitos tradicionales y lo que es el rebelde y el guerrero, con una misión.

El libro, como lo CLD lo presentara en lectura en Chapman University, es uno la misión de devolver unidad y orden a la humanidad. Un libro para dar respuesta a la Madre Sustancia, a la Madre Naturaleza, con la que hablan los poetas:

Hay poemas de guerra en mi inframundo.
Bajo mis pies circulan. Se derraman gimiendo.
Sustancia, madre mía, hay preguntas
que aún no has respondido.
Y, en ese afán temático, El libro de la guerra se expresa en torno a las semillas del porvenir, que son las misma que si se siembran hoy, también deben repartirse bien. La sustentabilidad es una cuestión de activar un interno organizador, el arquetipo del que, en rigor, se habla en el texto De la necesidad de unidad y de orden y en De la necesidad del alimento. Y ese Organizador de Orden, el arqueripo de Zeus y Atena, es quien desmiente ma los opresores que acaparanb las semillas 9bienes productivos, o riquezas) del mundo.

Tú tienes muchas semillas.
Están en tí, Unidad, fruto sagrado,
huevo del mundo. Acerca de tí se dice
que eres la buena suerte, que tras tu dura cáscara
lo que hay sabroso, nutritivo, afrodisíaco.

* * *

Tú eres la Unidad; pero es en lo interior
que te dispensas, procesándote.
Eres el Organizador por excelencia.

Eres como un ramo de narcisos
que calmas las Furias, introduces lo que amas
al Hades, al viaje ctónico, al tránsito
de vida y muerte, donde están tus secretos.

Eres unicidad de lo múltiple, ciencia o arte
de integraciones. Por algo te llamas Unidad,
y, en tu nombre, de la sangre de Adgistis sale fruto.

Ante lo que te devora, sobrevives, hijo de Cronos;
también te alimentas de creación, destruyes.
Pero, por igual devuelves, instruyes, protejes
cuando y pese a que destruyes y devoras.

Eso es lo maravilloso, tienes etapas
para el reordenamiento. No quieres sólo
prudencia; a la Metis te la tragas.
Tal parece que prefieres guerreros
que te partan el cráneo y surjan.

Defines el conocimiento como lucha.
Por eso amas a Atenea
y castigas a Hera, la reina del Olimpo.

[27-05-2004 / Preguntas sin respuestas]Cuando en su lectura, el poeta ponía cifras a palasbras claves (por ejemplo, semillas) que explicaría: «En el planeta, hay suficiente riqueza para hacer justicia económica y dar buen nivel de alimentación y de oportunidades a millones de seres humanos que viven en abyecta miseria. Hay semillas en abundancia».

Lo que se necesita un organizador. Una conciencia moral y justiciera, que respete a las mayorías.

«Cada año se descubre que hay más recursos disponbies: Anualmente, se extraen 60 mil millones de toneladas de recursos, 50% más que hace 30 años. De 1950 a hoy, la producción de metal aumento 600%, el consumo de petróleo 800%, el consumo de gas 1,400%. El único mal es que la mayor parte de estos recursos han sido apropiados por el 20% de la población mundial que son responsables del 86% del consumo global, mientras el 20% más pobre consume solamente el 1.3%».

Entonces, concluye que hay que volver a la Unidad Sagrada. La irremisble sobrevivencia «ante lo que devoira», tiene que mostrar su ira organizadora, alimentarse de creación, destruir lo viejo, resacir la inmoralidad y organizar al guerrero, que es quien pide cuentas. López Dzur dio el ejemplo: «En los EE.UU., el gasto anual en cosméticos es de 8,000 millones de dólares. Los europeos consumen en helados 11,000 millones de dólares, lo que supera el gasto en agua potable, educación básica y alcantarillado para las 2,000 millones de personas del mundo que carecen de estos servicios. Esto es inmoral... Lo que designaré poemas / flujo de aguas de conciencia / en mi quehacer intelectual es este enojo, verguènza y dolor moral con que se reacciona a hechos como éstos. Uno tiene que vivir 'en la sangre' este modo de pensar y sentir... 'sí, vivo / fluyo en poemas / que están siendo rechazados, / combatidos, lastimados. Y me sangran'...»

Cada poema es un pedazo de pan.
Y lo acepto, lo agradezco, lo humedezco
en la sangre recibida, la que en mí duele y canta,
en la sangre que es lo que ha sido
o me brindas, pero quiere ser más,
respuestas al por qué de su derramamiento,
al por qué de ese dolor que la saca de las venas
y la desvía de rumbo.
En una sociedad en que mucho de los servicios que ofrecem los ecosistemas han sido, irracionalmente devorados y que, más del 60% de los servicios ya se encuentran degradados, la estrategia es la sustentabilidad que equivale, según López Dzur en su poema: a devolver, instruir y proteger;

Pero, por igual devuelves,
instruyes, protejes
cuando y pese a que destruyes
y devoras.
El poeta explica que, desde los mismo tiempos de la Guerra de Vietnam, cobró conciencia del ecocidio cometido en Vietnam. De hecho, esa palabra se acuñó en atención al uso de defoliantes como el agente naranja , producido por la empresa Monsanto. En Vietnam, este agente ocsionó daños irreversibles los bosques tropicales y contaminóe los cuerpos de agua indochinos. La Guerra de Vietnam popularizó el uso de armas químicas como el napalm, contra la población indefensa.

Entre los años 1995 y 2000, López Dzur dijo que se preparaba para simplicar al máximo su pensamiento sobre la poesía y la responsabilidad del ciudadano.

Todas estas palabras, esta red tejida de mis tantras,
son profecía de un amor posible, el fin de la violencia.
Hay que hablar de la guerra, hasta en los versos,
hay que filosofarla, freírla en la condena,
para que la paz sea alimento y se entienda
en su sabor caliente.

La paz que aquí se simplifica viene de un proceso,
no siempre paulatino, de guerrilla.
La violencia ha sido, largamente,
nuestro pan cotidiano.

Pero ya es tiempo. Todo condujo a que esté
clara la idea. No hay regocijo si se está en guerra
por el gusto de obstruir el gozo,
la paz que es el sábado
de gloria y el Shekinah,
lo divino en la tierra.

La guerra larga no purifica nada;
instruye en los extremos,
fortalece el terrorismo,
se ensaña con los débiles.

Simplifiquemos.
Estas guerras perpetúan el atropello.
Desgastan, fortalecen al enemigo hipócrita,
escondido, al provocador, al iniciante voraz
que a todos burla y maneja como Gran Titiritero.

[09-20-2000, El Gran Titiritero ]
El trabajo por la paz, el alivio del hambre, el trabajo por neutralizar a los grandes titiriteros del neoliberalismo y las políticas neocoloniales, es parte de ese necesario plan de sustentabilidad, y CLD dice que debe partir de una ecología profunda o ecología de la psiquis.

Para uno entender la dimensión del ecocidio, que tan de mano va con la agresión militar y el uso de arnas químicas, me bastó leer uno de los poemas de El Libro de la guerra, ell titulado .Memorial Days. Un excelente análisis del mismo se encuentra en Ma href="http://hostosianas.blogspot.com/2012/03/memorial-days-un-analisis-politico-del.html">Hostosianas y se encarga explicar el peso angustioso de la actividad ecocida manifiesto en el veterano que regresó a los EE.UU., después de estar en Vietnam.



«Los científicos vietnamitas calculan, que desde mediados de los años sesenta 500,000 niños nacieron con deformidades y enfermedades congénitas relacionadas con la dioxina y este tipo de malformaciones siguen apareciendo hoy... En Vietnam, se utilizaron en promedio unos quince defoliantes distintos. Estudios sobre la dioxina muestran que sería necesario en promedio 100 g de este producto para contaminar el agua de una ciudad y por lo menos matar entre 8 y 10 millones de personas, en Vietnam se aspersaron 350 kg de este producto lo cual ocasionó no solo daños irreparables a flora y fauna». Ecocidio
Los tribunales internacionales tomaron la experiencia de Vietnam como punto de partida para para condenar y analizar los impactos ambientales de los agentes biológicos y químicos sobre los ecosistemas. Un infome al respecto indica: «Desde 1960 hasta 1971 los aviones C- 123 de la fuerza aérea norteamericana, como parte de la llamada Operación Ranch Hand, lanzaron casi ochenta millones de litros de herbicidas sobre 2,5 millones de ha de bosques y cultivos de Vietnam, con la idea de defoliar los árboles donde pudiese esconder la guerrilla del Vietcong, y para destruir las cosechas con las que pudiese alimentarse».

Un militar, con Las manos sucias, como describe en uno de sus poemas, no está libre de recibir una muestra de su propia medicina. Se calcula que sobre 60.000 soldados estadounidenses resultaron afectados por los agentes químicos y armas que utilizaron, «al igual que sus descendientes, pero mientras, los soldados fueron indemnizados con cerca de 180 millones de dólares, los vietnamitas no recibieron ningún tipo de indemnización».

No quise yo las manos sucias
y el dolor estaba allí, pidiéndolas,
cayéndose de las uñas con su canción amarga
de ríos rojos y un fusil.
Indiscutiblemenet, como parte de la sustentabilidad síquica, hay que lavar esa 'manos sucias' de soldados. CLD cree en tal tarea y, en ese sentido. es que escribe su libro, donde el enfoque de la guerra como fenómeno, moral y políticamente reprobable, es uno compadecido del veterano, aunque no justificadoir. Comprene el siquismo u el trauma. Va a su reconstrucción terapéuticamente, como el Dr. Césarman propone:

¿Cómo surge la reflexión, como reverdece? Pues en el dominio coversacional-relacional con nuestro paisaje interior, ubicandonos en el lenguaje de nuestra naturaleza, trasladandonos a recuerdos gratos que nos generaron bellas emociones. Que nos hacen revivir, resentir y reeditar nuestros significados de como vivimos la realidad de manera acariciable. Aquellos recuerdos que diferenciamos de los traumas, de los disgustos atrayendolos para encontrarnos en un mundo entendible y aceptable para nuestra existencia. Ecología sustentable
]En ocasiones, este lavamiento de las 'manos sucias' se parece a un bautismo en el mar. Un baño ritual y sagrado, como el del texto de CLD que instruye sobre el valor de la identidad y el aprecio al agua, como un capital disponible.

«Ustedes, los hijos del Klipot,
nacen en islas, sobre cáscaras
que parecen abandonadas y secas
en la orilla de la Materia más extensa y valiosa,
las aguas de su Mar...

la versión perfecta de Tu Ser es el Agua,
hijo de la sed, el Agua será tu riqueza,
tu fuerza, tu recurso, el Agua
que no deberás olvidar nunca»
pues es tu Identidad».

Anti-manual para microempresarios / 1-29

La sicología heideggeriana, as1 como la filosofía del Beyt Tikkun, Justicia Social son los instrumentales suyos, como propuso luego en Tzadik o Tikkun. Tzadik es la tendencia a sublimar el alma vital y animal a través de normas de santidad por la reparación y justicia social. Tikkun, en hebreo, significa literalmente arreglo o rectificación. Es una doctrina opuesta al sionismo.

PREVIO

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jueves, 29 de marzo de 2012

Las preguntas tradicionales y las respuestas inesperadas


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Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS / LIBROS DIVERSOS

Las preguntas tradicionales y las respuestas inesperadas


Por José Luis Chavarri

De Sandro Cohen leí su irónico Guión de Entrevista a Escritores. Se me ocurrió sorprender, con algunos de los puntos de su cuestionario de 24 temas, a un filósofo. Este decía en sus clases y en conversaciones privadas: «No hay preguntas tontas; lo que hay son respuestas desanimantes». Como preguntar no es un crimen y fui el más terco y presionante de sus alumnos, preguntas que huelen a obviedad o ingenuidad de parte de quien las hace, como son '¿por qué escribes y para quién?; 'Para ti, ¿escribir es una profesión, un oficio o una afición?', '¿Tienes algún método para escribir?', ' Para escribir, ¿tienes algún horario o rutina?','¿Haces manuscritos o trabajas en computadora?, etc, las incluí en este ejercicio que juntos ensayamos.

«Después de todo, la filosofía, como mayéutica y dyada, se basa en preguntar y responder», me decía.

Para que Carlos López Dzur, mi entrevistado, no creyera que fue una pérdida de tiempo o chanza distractora, ofrecí que transcribiría sus respuestas grabadas, daría evidencia material del proyecto y además transformaría en un vídeo lo comenzado. No obstante, necesité mayores elementos, su tiempo y libros leídos de su obra, lo que no había hecho y López sabía. Con una sonrisilla maliciosa, desautorizaba que no había leído nada suyo y que, por tanto, sin ese interés todo es promesa y palabrería que se lleva el viento.

—¿Qué libros suyos me recomendaría y que están disponibles?

—De una u otra forma, todos mis libros están disponibles. Los doy gratis. Los subo al internet desde hace casi 20 años. Animo a la gente a leer, a enlazar, a comentar... y yo creo que sólo académicamente hay lecturas obligadas y un orden para cumplirlas al servirnos de los grandes literatos, filósofos, historiadores y científicos. Leer a conciencia y con el emplazamiento del currículo.

De mí se puede leer lo que se quiera, a gusto y capricho, cuando se pueda, o esté disponible. Nadie obliga que se me lea. Cuando se haga será por el placer, deseo voluntario, como debe ser para quienes no somos autoritarios ni porque se nos pague un libro.

—Eres una persona que ha sido entrenada en la lectura y discusión de filósofos del pasado y de los contemporáneos, das tu propia exégesis sobre ellos. ¿Escribir es una forma de conocimiento?

—Escribir, leer, vivir, viajar, sufrir... todo ayuda a conocer dos cosas que son la naturaleza humana: vocación sosegada por lo individual de sí mismo y, dos, conciencia creciente del entorno que nos enfrentará al ambiente, a lo social, amarga o creativamente.

—¿Por qué tiene que ser amargo el encuentro del entorno?

—No tiene que serlo. El hombre trabajador y pobre lo experimenta así; la clase media, a modo de manada, celosa de su confort, se ajusta a lo que sea. El creador entiende que debe darse una exploración o enfrentamiento creativo, empático y solidario, aún cuando salten a la vista los visos amargantes ante lo percibido o sentido. Caemos en cuenta que el mundo está muy jodido.

¿Y qué origina tal amargura? ¿Por qué la internalizamos? Está ahí, pero no es dada metafísicamente. La hicimos, la permitimos y se manifiesta como la ausencia de solidaridad, la violencia, el deterioro del entorno y de las relaciones humanas... ¡Yo, como escritor, no brinco de gusto al ver ésto, aunque yo en soledad ni pueda resolverlo, sin la ayuda de otros, ni negarlo!

—¿Hay algún episodio o persona de la vida real que te haya impulsado a escribir?

—Episodios que hayan acelerado mi inclinación a escribir, a explicar el mundo política y éticamente en lo posible, mencionaría el Caso del Cerro Maravilla, cuando la policía colonial de Puerto Rico, bajo el Gobernador Romero Barceló, entrampara y asesinara a dos jóvenes universitarios de mi generación. Eso es un factor. Mi admiración por personas que han estado cercado de mí, actitudes de mis padres y educadores, desde mi adolescencia al presente, influyen positivamente.

—¿Cuándo descubriste que eras escritor? ¿Cómo escribiste tus primeros textos?

—Cuando me hallé en medio del proceso de Huelga Universitaria en la Universidad de Puerto Rico en los '70 y absorbí los asesinatos de Antonia Martínez Lagares, adicionados a los asesinatos de dos jóvenes en el Cerro Maravilla, vinculé estos hechos a mi primer proyecto de novela. Sentí intensamente. Dije: ya debo madurar como universitario. Los episodios tan diversos como fueron el enriquecimiento de las compañías extranjeras en Puerto Rico (mediante el Código Tributario 936, que las excluyó de pagar impuestos), los bancos en crecimiento y lucro desmesurado, a tenor con ese tipo de economía voraz y extranjerizante de los '70, me dieron alas como narrador incipiente. Tuve que recoger esos hechos, crear símbolos y crónicas con ellos, documentar y pintar la sicología y la tragedia de mi época al despertar ciudadano... Entonces, me entretuvo una novela, mi género favorito. Escribí mi primera versión de Las hienas o ensayos novelados y previos, donde a las figuras trágicas y antíheroicas (Richard Nixon, Romero Barceló, Rafael Hernández Colón, el rector de la yupi Jaime Benítez, el Cardenal Luis Aponte, etc.), las contrapuse a figuras de sustancia y decencia, a patriotas, como Juan Mari Bras y los 'nacionalistas' (albizuístas) liberados durante la Administración de Jimmy Carter en 1979, gente que fue símbolo lumninoso en mi juventud y entonces.

Un episodio que marcó simbólicamente mi lenguaje y mi psiquis fue en 1978, poco antes de la Matanza en el Cerro Maravilla, el caso de la caída de Karl Wallenda. Se cayó desde una cuerda, en que se equilibraba con una vara en las manos. El viento lo tiró al vacío contra un espacio entre dos hoteles en San Juan, a la altura del décimo piso y se mató el pobre equilibrista de circo... yo comencé, a partir de ese días, por varios años a trabajar la novela, mi primera novela y en 1980, la muerte de Luis Muñoz Marín, padre del Estado Libre Asociado, la Constitución colonial que rige la Isla, daba otra dimensión a su título «La Caída». Se cayó una máscara, una Estatua de Nabucodonorsor con pies de barro, una venda de mis ojos.

Quizás eso contesta la segunda parte de tu pregunta: ¿Cómo escribiste tus primeros textos? Mis primeros textos se motivan por una inquietud que me tentaría por la antropología. Descubrir a la isla históricamente, desde el Mem / la Fuente / y lo que bulle como un Coaj / potencial / en su pasado. Así veo el trabajo antropológico, buscar oro en cuevas y en charcas profundas, el oro de los histórico y raigal. En 1975, en el Norte de Ponce, se descubrieron las ruinas de unos asentamientos de la cultura Igneri y pre-taína. Me debatí entre qué cosas, antropología, filosofía o historia, serían apropiadas para mi posgrado... En resumen, desde 1975, con mi interés por lo taíno, con mis trabajos de historia Oral y documental sobre el 1898 y los ciudadanos pintorescos del pueblo de San Sebastián del Pepino, supe que mi camino es la narrativa, la poesía y la enseñanza...



—Cuando propuse el cuestionario de Cohen, sólo había leído un ensayo tuyo, «La dimensión ética de Sequoyah que publicaste en tal revista, en el Número 1 de la edición digital. Ahora comprendo que tu interés por las etnias, lo antropológico, es mucho más vieja y no es por la gente nativoamericana... tu fascinación orignal no son los cherokees...

—¡No! Mi interés es por todas las gentes y etnias. Vaya, esta una de las cosas bonitas del oficio. El mundo de los escritores y poetas es muy abarcador. Se plantea multiplicidad de intereses. El asombro y el afán explorador de un escritor entra en todo, manosea a gusto... Temgo cierto interés por los indígenas mexicanos, prsente en la primera novela que publiqué en papel, Simposio de Tlacuilos y por los aruacos, caraibas y tupíes, reflejado en mi libro Lope de Aguirre y los paraísos soñados. ¿No es paradójico que de mi autoría puedas leer textos relacionados a tanta otredad que no me define: épocas remotas, guerras, masacres, holocaustos de todo el mundo, y también textos de amor, teoría sustentable, ternura por niños y ancianos, mística? en fin, que voy de lo más macabro a lo más tierno...



[Publicada por Ediciones Nuevo Espacio (Agosto 2000), 232 pages],

—Cuando estás en el proceso de escribir, ¿te retroalimenta la lectura de otros autores?

—Un escritor, si no es un fraude, o puro ego, es como toda persona de pensamiento sólido y coherente, teórica y prLcticamente, la suma de sus lecturas, profundos deseos y vivencias. La lecturas cuentan. Hay libros de los que hay que retroalimentarse, no para repetir o reiterar lo que ya se dijo en ellos, sino para mostrar lo nuevo, aquilatar lo que escapó a lecturas y críticas previas, o simplemente para diferir de plano, a partir de ellos. Reexaminar al contradecir y extrapolar... Hay libros cuya importancia es que son exponentes históricos de una equivocación que se perdura. Dogmas milenariamente manoseados. Son como 'aguas malvadas' de sumidero. Muchas veces el Establecimiento Académico enaltece esos sumideros de aguas estancadas y nauseabundas.

—¿Crees en la inspiración? ¿Tienes algún método para escribir?

—La voluntad de crear se nutre de una formación previa, el aprendizaje. ¿Qué alcance o mérito tiene aquel que es un torrente de cosas ya dichas y las designa su inspiración, o chorrote de conocimiento supuestamente nuevo? si no investigó antes lo previo, ¿de qué jactarse?... No, así no me gusta producir mi trabajo; por el contrario, me conformaría con conocer bien unas tradiciones literarias, y si pudiera innovarlas porque las conozco, lo disfrutaría. El lenguaje abre acceso... No hay inspiración, propiamente dicha... si... tal vez uno experimenta un 'fluir' enriquecedor de lo ya estudiado, giros impredecibles, momentos emocionales de exaltación durante la escritura que permiten que uno se apart texto conocidos o de lo que organizamos ciertas expectativas... Escribir no tiene por qué parecerse a la esquizofrenia, o a recibir dictado desde lo numinoso. Un texto puede cambiarse hasta que sea lo que queremos, una y otra vez; pero uno tiene que estudiar y explorar en esos campos 'numinosos'. Creo en arquetipos y en el misterio que nos rompe los esquemas de la Física Clásica. Hay que aprender con esa inteligencia,que se llama la cautela y la paciencia, para no pasar gato por liebre.

¿Método para escribir? ¿Qué significas con eso, muchacho? ¿Si lo hago a mano, o grabo, o tecleo? ¿O si lo hago al fumanr, o bebiéndome el vino, o bajo drogas? ¿Con música de fondo o tras una buena jornada de yoga gimnástico o meditativo... Te diré: yo, a la página en blanco, voy saturado de datos, frases, bullentes historias qy me gusta meditar por largo rato antes de escribir, meditar y tomar nota de mis ocurrencias. En este proceso, se trazan o asoman quintaesencia de algún contenido que nos entusiasma. Obsesiones, vagos recuerdos de lectura, lo que haya quedado como residuo de largas etapas de estudio, se transforman en poemas y en las notas que adquieren y con las que fluyes y, bien, se vale utilizar esa reminiscencia sobrante... yo trabajo con notas, a manuscrito y, si hay inspiración, es el momento de teclear, tras una maduración largamente pensada y haber escrito a mano.

—Una vez que tu texto está terminado, ¿lo revisas?

— Claro. Especialmente, en aras de corregir malos teclazos y lo gramatical. Además, soy recegato. Obviamente, necesitaré editores si se me ofrecieran publicaciones de libros que no sean autopublicarme como bloguero, que es lo que soy.

— ¿Se lo das a leer a otros?

— Sí. Lo comparto. O lo leo por teléfono y pido una reacción inmediata cuando si mi interés es la interpretación ajena. Tengo mucha gente que me comenta en privado, no son escritores profesionales, o colegas.

— ¿Me hablarías sucintamente de tus temas y cómo reflejan tu persona?

— En cada libro, al paso de los años, hay muchísimos temas, orientaciones y evoluciones de estilo, rostros míos, que sólo yo conozco y que se hacen obvias, en la medida que se me conoce; hay una etapa boricua y otra de 30 o más años en EE.UU., hay el influjo de cuando tuve estadías en Israel e India. Pero, en los EE.UU., donde estoy más involucrado en el estudio filosófico, sin que mi obra haya dejado de ser política y denunciadora, mi obra describe más lo que la naturaleza humana tiene dentro de sí. En fin de cuentas, escribo más sobre la tosquedad de su corazón, que acerca lo que se tiene fuera.

Mucha de las cosas que yo escribí sobre Puerto Rico o América Latina, escritas en mi isla, sin la experiencia de viajar, resultaron descripciones externas, ambientales, eventos observados, el habla de los ojos, ingenuidad del mero percibir... por ejemplo, ah, no había profundidad en lo que dije sobre la Marina yankee cuando se apoderó de casi toda la islita de Culebra, en 1971 o más o menos tal fecha, ah, ni en la descripción de la Plaza de Lares, cuando estuvo repleta y el pueblo acudió a ver a Lolita Lebrón, Andrés Figueroa, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores, a sus héroes... Hoy yo leo aquellas cosas y me pregunto, ¿dónde está el vuelo, la pasión? si yo sentía todo aquello; pero, ¿qué me dice a m literariamente? ¡Pude dar más! sé que apenas me expresé como quien quiero. HIce un informe periodístico, no literatura con alma...

Mi estilo ha cambiado. Los ojos que observan ahora no son las pupilas; ahora veo con lo que llamaría, metafóricamente, el Alma... Utilizando imágenes hebraicas, kabalísticas, visualizo desde el Corazón Ascendente, que mira la humanidad de su isla, o la humanidad de cualquier sociedad, como una Vasija o Keli que hay que llenar con aguas limpias del Manantial Subterráneo, útero del alma. Ahora hablo como quise hablar entonces al describir los arribo cinco nacionalista y mi impresión al dialogar con Lolita Lebrón, aunque sea por cinco minutos, no tuve el discermimiento. Bueno, los escritores con la edad maduran.

Hay cambios progresivos en mi lenguaje poético y en mi prosa en la medida en que me he sentido bendecido y signado por la responsabilidad... Te diría que la nueva percepción, óptica y temática de mis libros, es más espiritual y no ha perdido su capacidad para acusar el flujo de 'aguas perversas', condenar conspiraciones del estercolero político, gente con manos sucias, cuya mezquindad humana simbolizo con las Aguas de Mara, aguas que amargan y envenenan... Ese tipo de voz y denuncia, que limpia y deslinda, desde la literatura, no cambiará en ningún país en que yo esté.

Mi labor es, pues, separar las Aguas de Mara, que son las pasiones viles, de las aguas limpias, así como reprobar las manos-sucias, ensangrentadas y culpables, como las de ladrones, esbirros represores y militares... Bien, el poeta en cualquier nación, debe ser el portavoz de los tzadikim, obreros fieles en su tierra, y como tal su consolador, a la postre, el endulzador, pero sobre el poeta / el intelectual de corazón y limpias palmas, caerá el Establecimiento acusador, burlones que lo escarnecen y proponen su agenda perversa:

Confesaron su odio por los bosques
del léxico y quemaron los versos
escritos en rollos de vitela
y maldijeron al vitoco
(Consolador, hijo de Consoladores)
y la promesa informada por él...

***

Y llamaron al poeta mentiroso,
payaso, anti-héroe, vitoco
y pachotero, camino al tercer día.

Y el poeta persistió en la siembra
de su asombro, con savia fluyente
y con saliva de sus ríos profundos
entre cicatrices de los sequedales.

[Mb>Romance de Mara
de Carlos López Dzur]
— Bien que recuerdo ese texto, ese tono de salmo de Romance de Mara, sobre los que no saben cosechar del árbol del poema cuando lo tenías en Tantralia... ¿Por qué lo cambias de lugar, de libro en libro?

— La raíz de ese árbol / el árbol del poema / me sirvió para escribir Teth mi serpiente, Tikkum o Tzadik y otros como El libro de la amistad y el amor... Lo cambio de lugar, o de índices, porque son va con la continuidad esencial de otros libros y como mis libros son virtuales, hoy lo saco lo saco de aquí y lo meto allá. Es parte de mis privilegios como editor y autor mientras el libro esté en mi dominio y lo pueda modificar. ¡Quien sabe si un día, llega un editor interesado, me publica ese libro y me advierte: deja el texto ahí y no jodas tanto!

En libro como Teth, mi serpiente, yo sigo hablado sobre Puerto Rico, Betances, Albizu Campos y la necesidad de superar el colonialismo político, la dependencia subsidiada y administrada por los políticos coloniales y, te digo, que el estudio del hebreo, la Kabbalah y la mística en general, me ha permitido ampliar mi sentido protestatario, mi oferta de soluciones, mi caudal personal de luz y de entendimiento...Mudarte, viajar hasta las ventas de otros infiernos, irte al Desierto subir al Sinaí, también ayuda mucho a formar un escritor, enriquece tu trincheras de lucha o denuncia.

—Díme otra cualidad general que puede caracterizar un libro tuyo; además de que hay poemas que brincan de un website o libro virtual a otro y tienes una terca batalla por la denuncia política.

—Permite que lo diga de otro modo. Mi obra literaria comenzó con la Caf y la Nube sobre mi pueblo natal, el Pepino. Es un comienzo puertorriqueño. Identifiqué sobre que palma pongo la otra. Las palmas de las manos son un bello símbolo de bendición para mí que soy un cabalista luriano. Quien bendice es un endulzador en una sociedad acosada por mucho resentimiento. No es una terca batalla política; libro una batalla por sembrar en otros confianza en el potencial de bondad, de cambio, de rectificación que nos compete como seres humanos... Para un politicista, aunque coincidamos en ideas, es obvio que soy un anarquista y mientras menos política y gobierno, mejor...

—¿Qué es Caf?

—La letra Caf del alfabeto hebreo / símbolo de la Palma de la Mano / se relaciona a la tierra en que regiré, al trabajo a realizar y por quien lo hago u haré. Trata sobre el por quien y ante quien me doblego y a quien tendré que suprimir... «Caf» es el verbo hebreo subyugar... Considera pues lo que puede decirse metafóricamente sobre Caf / la palma, o par de ellas cuando las juntas como oración, o en gesto humilde de plegaria... considera, si, que la palma indica que en Puerto Rico se me dio la identidad que, humildemente, acepto y que ésta es la tierra de mi Deseo, la patria, y que el potencial de mi Hacer se manifestará en mis Palmas. Mis manos aluden el Trabajo. Esto que hago y haré literariamente tiene su impronta.

—¿Qué?

—Puerto Rico es el lugar donde he sido esculpido, por condiciones y agentes mayores a mí, para realizar una obra, dar mis propias Palmas Limpias y regir moralmente como Tzadik... ah, donde tzadik es sólo el obrero bueno, el hombre sin manos sucias, quien hablará con bondad y tendrá un mensaje decente que dar. Tzadik es todo el mundo: el médico y abogado honrado, el estudiante que aprovecha el tiempo... Considera ahora lo que te digo: Tengo tan alta estima del quehacer de los poetas / poetas-filósofos, poeta-ideolólogos / humanistas / de naciones y procedencias diversas y tanto que que les visualizo perpetuamente en su propia mitología sagrada... claro está, cuando digo mitología no digo leyendas mentirosas. O teología. Me refiero a metáforas en torno a Fuentes de Sabiduría que se ubican en la Corona de sus pueblos, lo moral de su altura y potencial de Deseo. Este darles un 'lugar' de dignidad al poeta / al artista en general / es también como darlo al maestro, al tzadik, al ciudadano bueno, al hombre justo, así en sentido hostosiano de moral social; cuando hoy se les refiere con cinismo, como si fuesen unas pilas de mierda o anacrónicos utopistas e inútiles, yo santifico a estos seres. Otros son quienes los cagan y denigran desde sus bocas amargas.

—Si estuvieras en una isla desierta, seguro que te llevaría la Torá o, ¿qué libro te gustaría que te acompañara? ¿Qué libros escritos por ti son tus favoritos y por qué? Seguro que tu Berkeley y yo no estaría entre ellos...

— Ciertamente, la alusión a la Corona mienta a Kéter, la altura del pensamiento como Sabiduría. Y Mem es la Fuente de la Sabiduría y la Torá es un gran libro de Sabiduría, ante ojos puros que sepan «leer» desde el Alma de sus pueblos, desde el potencial del corazón para el bien, así es el lector y poeta que lee / cosecha / del Arbol del Poema del que hablo en mi texto El Romance de Mara.

Un buen libro, un buen poema escrito, es uno del que se «beberán» esencias de las letras, beber secretos, principios de exégesis, sabores primordiales... y hay ojos, manos y bocas de servicio para comunicar la palabra poética que tiene unidad y amor... Te describí lo que sucede cuando un autor se interesa en conocer dos cosas: una vocación sosegada por lo individual de sí mismo y una conciencia creciente del entorno que nos enfrenta al ambiente, a lo social. Ese estanque de aguas amargas que se describe en Romance de Mara, y en cierto modo, en el capítulo 15 de Exodo, es una parábola personal sobre la literatura.

Hay gente que sale al campo, o al paraje más hermoso de una campiña y lleva su actitud de amargura y de maldición. Unos hay que «confesaron su odio por los bosques» y ese léxico del bosque puede ser el pensamiento ecológico; puede que sea el defensor del agua potable para todos, quien defiende lo agrario, a la fruta jugosa y asequible, sin transgénicos, van todos los que preguntan: «—¿Qué nos endulzará la boca?— ¿Qué beberemos?»... Mas, si el poeta, con corazán ascendente, es uno de los descritos cuando se emprende el mismo viaje...

... y salieron al desierto de Shur y anduvieron
tres días por el desierto sin hallar agua y llegaron
a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
porque eran amargas...:
Exodo 15:22-23.

los resultados son distintos. Hay represores, «hijos de Mara, incrédulos del árbol que endulza las aguas»; estos pueden ser funcionarios, corporaciones de contaminadores. Gente que dañan el ecosistema, mar, tierra y aire.

El verdadero poeta endulza las aguas, no las amarga, las limpia y proteje. A principio del año 1990, yo sabía que tendría que escribir mi Teoría de la sustentabilidad. A mí, personalmente, me encanta este texto. Junto a los maldecidores y amargados, a gente que, por pánico ante la escasez o las crisis de agua, estará un día dispuesta a comerse sus excrementos, contrapongo a un poeta, o sea, el ciudadano previsor, creyente en una economía sustentable, en la vuelta al agro (como a quienes hoy toman por locos o vitocos); y comparo: a «aquel, el vitoco, / llamado poeta de los árboles» y entonces ante los desesperanzados por la condición de las aguas amargas.

... este sátiro poeta
sacó voz del ronco viento y semillas
de algún artificio del trigo
y flores de alguna espiga
de la maravilla...
y diría:
—¡Puebla sobre el poema
de las aguas dulces tu sustancia rojiza!
Combate a las crueles anemias del alma.
y el resultado será bendición... César Vallejo, Pablo Neruda, Mario Benedetti, Matos Paoli, Corretjer, Julia de Burgos, bueno casi todos los poetas, en cualquier geografía, tienen el don de tal magia, esto es, cambiar el sabor de las aguas, o limpiar los estanques, si entendemos que toda la belleza y pureza de la poesía, del necesario mensaje, nace de un Manantial Subterráneo. Y nuestro estanque es el corazón que nos conecta al alma.

El rabino Akiva decía que esa fuente que viene del alma, «corriente que fluye, la fuente de Jojmá» (la Sabiduría) contiene el secreto de la letra Mem, o de Maim / el Agua y de la letra Lamed. Esta última es el símbolo del Corazón Ascendente... ¿Sabes que es un corazón ascendente? ¿Inventaría una especulación o metáforas, tú que te las das de preguntón y estudiante tolentoso de Comunicaciones?

—No. Dígalo usted...

—El corazón ascendente en la Kabbalah es representado por una Torre Voladora. La letra Lamed. El corazón que vuela es como el torrente que brota, con propulsión de un pozo acuífero subterráneo. Es alma fluyendo. El corazón que no fluye, que no manifiesta pasiones, que no tiene esperanzas ni proyectos, es como los hijos de Mara, en su camino hacia Shur, que no bendicen ni exhiben creatividad. Un poeta es un corazón ascendente; uno que del subterráneo origen, de su pozo de agua, manifiesta su amor y deseo de servicio. El hombre creador es como el poeta que, en ese viaje al Desierto, clama:

—Sácialos de carotina,
Endulzador de las Alquimias,
para que vean más allá
de sus raseros xenoftálmicos
al bacalao pudrido de sus bocas,
su livor suplantador, dentro del alma,
sus fingimientos cárdenos.

Flúyelos sobre las aguas endulzadas
para que conozcan las ovas de la miel
y la leche verdadera...
y sigue ese creador / poeta / artistas / científico / obrero del trabajo / bendiciendo:

Bendito fue el durazno y el ciruelo,
el cerezo y el higo, vitaminadas
fueron, por causa de beber,
del agua dulce de algún texto,
las naciones y el que les dió ordenanza
y probó con agua amarga
y la Venus del espejo
y la Venus del pomo
y el odioso livor que incensó
a las hijas de Eurinoma
y las enterró vivas
por amar a los poetas
de Apolos...

[Romance de Mara / 9-7-90]
Un poeta debe enseñar a mirar más allá de las narices. Esa es la virtud de un lenguaje intensificado. Eso es veuelo, hacer volar la torre y enseñar a ver más allá de las narices, más allá de los raseros xenoftálmicos y la peste... El hecho es que para que el agua no se amargue, o se empoce o escasée, se va al escondite subterráneo del agua, al pozo que se implicita en el Utero, como el lugar más limpio, y ese es el lugar desde el que se nos bendice, desde el que debemos trabajar contra las 'aguas malvadas', hedientes, de los raseros... El agua puede teñirse de mal, tóxico de vanidades y pasiones falsas; pero también tratarse creativamente. Y te dije: Lamed es la letra del Corazón Ascendente. Letra con que los poetas separan el agua sucia y la que beberán. Claro está, primero aprenden su Caf y su Mem, ahí les comienza el alfabeto.

El sabio Baal Shem Tov decía algo más sobre esa relaciones de letras entre el Mem de la Fuente y Lamed, cuyo significado son los verbos aprender, o enseñar. «Lo que hay que aprender es por el corazón», secreto del Dar y el Recibir, de ahavá, amor y unidad, complementarse en la Mem, en el abrirse de las Fuentes, aprender a entrar al Utero divino y abrir, sus secretos, secretos de Eva / Havaiá / Conocimientos de la Serpiente... En un poema de Teth, mi serpiente sobre ese mundo de miserias, aguas perversas y putrefactas que vivimos y que nos produce amargura, escribo:

De la miseria de hoy no quiero más porción
que la que toma sabiamente el prudente;
que sea alegría tu irrupción, Serpiente
de mis bendiciones, Teth.

[El supremo dolor / Ver]

—Por lo que más dicho, por ese cambio de un ver a otro, debido a tu sensibilidad judía o por tal ideología y lo que ella supone en términos de sionismo, tienes una misión?

—No tengo más misión que la que tiene todo el mundo, tratar de vivir una vida honrada y decente. Ser poeta o escritor, judío o cristiano, no te hace mejor que ningún otro, o eleva tus deberes básicos con la sociedad. Como escritor o maestro, uno sí contrae roles y unas tareas, más o menos públicas... y bueno, son las mismas que tiene cualquiera que se educa. Uno debe honrar esa responsabilidad en la medida de sus talentos.

—¿Y cómo valoras tus talentos, te atreverías a asumir unos roles de liderazgo como judío, como anticolonialista, como militante de algo?

—Compartiría contigo, con más tiempo, lo que significa tal liderazgo, lo que es kabbalística y hermenéuticamente tal misión del alma, que es más compleja que la de aprender y enseñar. Concierne al Mashiaj, al que rige, porque es el Tzadik que se levanta, se forma y educa para ello... Hay un liderazgo de comunicación que está representado por Pei, le letra de la Boca. Una letra que significa el poder de hablar, oralidad, el aquí, el ser-ahí heideggeriano, el presente en cuanto es aquí y ahora...

Lo que me preguntas sobre roles y misiones adicionales al nivel que me asocia al escritor, a la modestia de la obra escrita, es tarea en la que aún no estoy ni formado ni interesado. En parte, porque soy anarquista, recelo demasiado los poderes públicos, las 'manos sucias', la boca malvada, la chacota de los infames que suelen ser los políticos. Detesto, además, la condición de los Estanques de Mara en el mundo... yo me conformo con poner la palma de mi mano, mi mano franca y amistosa, sobre el corazón de quienes se educan y comparten conmigo horas de amistad o trabajo.

Para explicar el poder latente del animar, comunicar calidez y confianza en otros, en un niño, en un alumno, el rabí Baal Shem Tov les palmeaba en el corazón, además que signuifica 'bendito seas'. Entre los católicos y evangélicos es frecuente que se imponga la palma de la mano sobre la cabeza de; creyente, gestos pietistas acompañado de histeria y griterío, o desmayos fingidos... No creo en nada de eso... Por otra parte, quiero que tenga ésto muy en claro: un judío no es más espiritual que cualquier otro mortal; sólo porque se ponga una kipá en la cabeza, o en su tradición nacional e histórica, se fundara una teocracia, después de experiencias de holocaustos, esclavitudes y guerras y ahora el sionismo de moda que masacra palestinos... Esto es mucha mara / amargura / inmadurez política...

... yo no usó kipá, pero toda mi obra literaria está bajo la Caf, la Palma de la Mano del Santo, el Separador y Bendecidor Cósmico y mi vida admite «el yugo de los cielos», o su Eterno Potencial... es muy poético mi experiencia y de gran responsabilidad espiritual, intuirlo, gozar del Kipá Cósmico. Esta Mano de Dios sobre la cabeza a veces golpea. Nos reorienta, otras nos bendice dulcemente. Vallejo, el poeta peruano, sabía sobre los golpes duros que da Dios cuando trata de poner su Kipá / su Palma / sobre nuestra dura cerviz...

—Imagino que no hay muchos judíos en Puerto Rico, o los que hay se fueron del país. Tienes en la red una novela sobre en el Caribe, en Cuba y Puerto Rico...

—Sí. Esa novela si la publicaría en papel...

—¿Y por qué no... sucede?

—Será un golpe de Dios... En cuanto a lo primero: para mí, todos los boricuas son judíos espirituales. Son como peces y nadan en sus estanques, muchos mueren asfixiados fuera del agua, en tierra seca. La cuestión puramente étnica-racialista no me interesa. Lo que me interesa es si entienden el arquetipo, el espíritu de lo que te digo. El Rabí Akiva enseñaba que un judío es una persona cuya alma es un ojo interior, un corazón que testifica la unidad esencial de Dios. Esa persona puede hallarse en cualquier lugar del planeta, no sólo en Medio Oriente y en la aclamada Tierra Santa y siempre ha de ser juzagada por lo mismo: ¿Con que ojo o qué corazón miras al mundo, ves la unidad y la justicia? ¿Con un ojo bizco, con dos varas, con una boca amarga, con manos sucias y perversas?

Es decir, si ha nacido en Israel, semita al 100%, judío de sangre y señal, y ante el Muro de Jerusalén, no siente que Dios es el mismo en todo el Universo, que su esencia impregna todo lo orgánico e inorgánico, que la justicia no requiere dos varas e hipócritas estándares, usted es sólo un racista que clama privilegios, se mete su Dios en la boca, pero no el corazón. Lo muerde y lo llena de babas.

—Eres un látigo de los sionistas. En las clases, se decía que usted es ateo y que oir eso lo van a echar... y que Heidegger y Camus son humanistas ateos, usted el compinche de ellos dos.

—Fíjate cuán poderoso ha sido el cambio en mí. La tolerancia / sumada a la autoridad interior / que me inspira mi formación kabbalística, aunque otros me quieran aplastar con el pie... No tiene una mínima importancia si soy ateo o no. O cómo otro se explique o represente lo que sea mi persona ante la divinidad. Esa es una experiencia individual en cada persona. En última instancia, uno puede ser devoto de quien se le pegue la gana, hasta de una ficción. Para mí, lo que hace una diferencia, lo que importa es si usted ama con convicción y ese amor suyo lo capacitó para la convivencia, para hacer justicia a la comunidad y protejer su hábitat...

El más anti-judío de los judíos y ante el mundo entero puede ser uno de ellos. Quien entiende los significados y belleza de la Torá puede entender a los Sagrados Libros Védicos, El Corán, todas las mitologías, el por qué de los Arquetipos y de muchas costumbres... ¿Para qué es la creación literaria, su nivel poético, los estudios multiculturales, el quehacer del escritor, sino para aprender para enseñar y comprender para codirigir, o dialogar multiculturalmente. El convivir es amor, agua pura y es ya luz de Dios...

—En estos tiempos, el sentimiento anti-semita aún prevalece. Odios y discrimen por razones de religión, ¿no le preocupa?

—Sí, me preocupa. Eso es parte del aroma y sabor de agua amarga. Lo importante es sacar provecho de la parte creativa.

—Con respecto a tu lugar en Puerto Rico, seguro que eres el único que escribe así, con esas mezclas de imágenes y términos hebreos. No eres solemne, pero tampoco estás componiendo ragaettón.

—Si es así, es un estilo nuevo y un aporte a la literatura de mi país, ¿no crees?

—¿Aisla, va en tu contra, que escriba ese tipo de libros tan minoritario, o tan único, por lo nuevo de los temas o exótico de su verbalidad?

— La literatura latinoamericana y puertorriqueña es capaz de entender mi obra, disfrutar su originalidad y mucho más. Agradecerá este enriquecimiento y yo estoy feliz en dar tal aporte, aunque parezca exótico, ¿exótico dijíste? De hecho, más exótico es mi Tantralia y se ha llevado mediantes ponencias a Congresos de Hispanistas en Nueva Delhi (India) y por los brasileños.

—Una pregunta al estilo de Cohen, ya que el teiempos nos apremia. ¿Te gustaría agregar algo más?

—Sí. Primero que yo no cambio por un gorro, o una kipá de tela este gozo mío, que es auténtica gracia, Bendición Divina. Y no acepto una Boca / una fatua boca de Pei / de retórico / predicador de esquina / o de kiosko / a cambio de mi modesto lugar de poeta. Soy un pez de fuego en esas aguas del mundo / no me meto en Estanques de Mara si no para ir a limpiarlos con el Arbol del Poema, mi vara... y yo he sembrado algunos árboles muy hermosos: Tantralia es flor de gozo de mis árboles, la Teoría de la sustentabilidad es como exhorto, o convocatoria sobre lo que tenemos que hacer empíricamente cuando el mundo está en crisis, o necesitamos refugio, ya que política y económicamente asoma la bancarrota. Digo que no somos los del 1% y sí del 99%, suficientes como para no dejar que nos desmantelen la divinidad interior, deforestennuestra esperanza y la justicia que socialemnte urgimos.

Yo educo para el Tikkun Olam, la rectificación, la esperanza y la resistencia. Llevo mi corazón a la Fuente, con mi letra de Lamed vibrando en la Psiquis, o rebrotando con propulsión a chorro de lo más subterráneo de mi conciencia, mi pozo espiritual y poético, aguas de Mem...

Mira, en segundo lugar, gracias, por este diálogo. El ejercicio, con el guión de Cohen. Me díste ocasión para fluir desde un par de letras.desde mi pozo. El alfabeto de mi propio guión es sagrado. Hay que hablar sobre todas las letras un día que tengamos tiempo y glosemos juntos mi texto A Crátilo y sus amigos tartamudos ya que sobre Lamed no dije todo hoy u la poesía cura. Tenemos que lamer del abecedario otra vez:

«... vamos lamiendo el Ser del Corazón,
aprendiendo apenas a decirlo,
a sacarlo como aliento,
emanarlo en ascenso
como en torre de incienso
o pilares en humo,
somos una keli / vasija / con asas rotas,
ave-chuchos que ni sube con alas
ni se desprende del peso que lo ata
y vuela con el Vuelo prometido del Poema
y la Enseñanza posible
en el Hacer de Lamed»...

[José Luis Chavarri, estudiante de Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Chapman, Orange, California]

Noviembre 2004.

____


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miércoles, 28 de marzo de 2012

Para el fuego se forjó Fra Dolcino / Orektiko / Filosofía política / La Caída


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Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS / LIBROS DIVERSOS

Somos dignos del poema


Para el fuego se forjó Fra Dolcino

«L'esperienza di fra Dolcino e del movimento degli apostolici-dolciniani può essere considerata una delle più radicali e la sua conclusione una delle più tragiche di tutta la storia del Medioevo italiano ed europeo»: Enrico Galavotti

O tu, che presto vedrai il sole,
di' a fra Dolcino, se non
vuole seguirmi quaggiù,
che si munisca bene di vettovaglie,
onde, bloccato dalla neve,
non debba arrendersi per fame ai novaresi,
che altrimenti avrebbero un bel da fare a prenderlo.


Dante Alighieri, Divina Commedia, Inferno, Canto 28
1.

El hermano Zorro, ahora que veo que arde
en la hoguera de Vercelli, me parece
un pez ígneo. Ya no habrá agua sucia que lo apague
ni leña que haya sobrado, al pie de la pira
donde le queman los inquisidores.
No sobrará saliva para seguir dando la queja
de que es un hereje Fra Dolcino,
predicador del Cosmos entre los fraticelli.
Tendrán que maldecirlo para siempre,
seguir quemándolo, como en aquel primero
de junio de 1307...

¡Vaya, zorro delincuente!
grande de hocico, tenaz como ninguno,
precursor de socialistas, reformero apostólico
cuyos ecos aullantes semejan
rabias de lobos que depredan las villas,
sobrevivencia con la ira del despojo
antes que mansa aquiescencia con explotadores.
Como fuego que devora es su palabra
entre quienes se oponen, como pánico
que depura, como asesinato cometido
sin que él pida el mordisco,
o garras al vituperio o el que sufre.

¡Vaya zorro, revolucionario,
el hermano Fra Dolcino!
suelta bestia de pura y trágica verdad
en las montañas de Valsesia, ahora extensa
ola en el área Biellese que trasciende
al Piemonte, ahora veo que ni matándote
te paran. No hay saliva suficiente para gritar
«¡Demonio, hereje, falso apóstol
de humidad y pobreza!»

Con tu nombre en la boca, los fraticelli
maldicen a los señores feudales,
a su soberbia, el maltrato, cada práctica
de opresión en derredor de estos montes.
Se quiere el templo del Origen, no el poder
desigual, egoísta, excluidor, prepotente.

¡Zorro de la Ayuda Mutua entre vecinos,
nacíste para este fuego,
para esta comunión entre zorros fervientes,
donde hay paridad de derechos
y la zorra también vale y sus derechos se oyen,
se establecen, se aman!

Hermano Pionero, mayor entre zorros
por ser el más dulce y humilde de los fraticelli,
esta tarde, primero de junio, sobrará la leña
para ver tu esqueleto, tu ígneo y sacro Hueso
incalcinable; no habrá ceniza que te olvide
ni agua suficiente para apagarte.

La revolución nació con tu ejemplo
y tiene oyentes, anticipados a la historia del futuro
cuando será más necesario, y te querrán derrotar
(ya que hablas del Espíritu Libre y el anarquismo místico).
pero las aguas sucias no pueden apagarte
ni leña que haya sobrado, al pie de la pira
donde te queman, es suficiente.

Te quedaste en la Historia, Zorro airado,
jefe ardiente de los herejes del mundo
y en el Additamentum ad Historiam
fratris Dulcini, haeretici
el Inquisidor te investiga
con úlceras y bilis
como babas.

2.



Aquí en Novara entre los ricos Tornielli
está tu nombre, Zorro, hijo de puta con curilla parroquiano
«Dulcinus, filius presbyteri Iulii de Tarecontano
Vallis Ossole diocesis Novariensis»,

en el Valle de Ossola se busca leña
para quemarte, zorro bastardo,
pendejete mañoso, que desprecia la fortuna
de su alcurnia de rico y gibelino.

Aquí en Romagnano Sesia se acumula saliva
y pestes y culebras de la boca para decirte
que no eres amable y gentil,
sino enano con rabo espeso
y maloliente de zorro.

Acullá quieren que seas torturado.
De veras dicen que has nacido para el fuego
y la cruz del madero en llamas.

Acullá en la ciudad de Trento estuviste
todo un decenio, 1280-1290, en aras de explicar
a guelfos y gibelinos que la paz es mejor que la violencia.
Eras un pacifista del Movimiento Segarelli,
pero al monte fueron por leña, ¡ay, Zorro!
por lo que presiento que has nacido para el fuego.

La hoguera se adereza con los odios
y el inquisIdor Bernardo Gui te llama
ladrón,
agitador de maras,
Apostólico apóstata,
demonio de culo cagado,
cruzado de crucesignati,
fortificado por el terrorismo
al pie del Monte Rubello

3.

Para el fuego se forjó Fra Dolcino
Ahora lo llaman guerrillero porque huye
de las tropas de la Iglesia.
A todos los dolcinos
les llaman
tú que citabas a San Pablo cuando escribiera a Tito
que lo puro es impuro para los mercenarios
y odiosos enardecidos.
Para el fuego te hicíste por asumir
un Jesús socialista en los días del Medievo.
Al fuego echaron tus cojones, te castraron,
persigueron a Margarita, tu mujer,
y te hicieron ejecución pública
y gastaron saliva al gritar: «Avergüenzate»,
tu pene sangra en pedazos
y el Obispo de Vercelli quiere que los eche
en la hoguera / «fratris Dulcini, haeretici».

Para el fuego se forjó Fra Dulcini,
zorro, bastarado, predicador
ni guelfo ni gibelino, pez ígneo,
anarquista místico, odiador de Poder
y del Gobierno de Roma... allá y acullá arde,
arde el zorro y no hay agua sucia que lo apague
ni leña que haya sobrado, al pie de la pira
donde le queman los inquisidores.

De El libro de anarquistas

Orektiko


Toda filosofía es ir por algo,
apetito por alcanzar lo que apenas sabemos.
Somos, en conjunto y por demás,
filósofos de la lucha, seres inclinados,
apetentes. En cada quien el deseo gime.
Gratificarse incentiva un egotismo sicológico,
urgencias que no siempre son cognitivamente
intelectuales, armónicas.
Son mero agoneé, impulso,
impulso hacia quién sabe dónde
y cómo y el por qué.
Pulsions de la incertidumbre.

05-02-1979

*

Orexis traicionero


Aún los racionalismos sicológicos
son deseos disfrazados. Besan el corazón
y emponzoñan la intuición con sus ínfulas
de fuerza, virtud, norma, hedonismo.
Nada más traidor a la Noble Orexis
del primer impulso,
nada más ingrato que esa careta
que apuñala por la espalda
cogniciones.

¡Qué festival homicida trae
este determinismo sicológico que clama
en los portales: Cierto es el pensamiento
del más fuerte; cierto es lo mejor
que se aproxime, cierta es la razón
de los aclamos, cierta solamente
la preeminente certidumbre del mayor número!

15-02-1979

Philei to sophón


Ahora sé cómo llamar al Adversario,
al gran separador que rompe la Unidad
en la reciprocidad con el Uno.
Rostro que no tiene una amable sonrisa
para otros; cara payasa de egoísmo,
asesino y divisor de mi armonía,
philei to sophón, antifilósofo en vereda
de corto atrecho hacia la Orexis.
Ahora sé el nombre de los filósofos de la crisis,
nihilistas siquitrillados, oportunistas
de la sofistiquería, productores
de la Tensión innecesaria,
ocultadores de la reciprocidad unitaria.
Le sé sus nombres: Distanciadores
de lo que se busca en toda ética originaria
(la armonía): desarmonizadores.
¡Ese es el nombre, tu nombre, Orexis,
autor de innecesaria tensiones,
beso de Judas!

17-02-1979 / El Libro de anarquistas

Filosofía política


«La cultura y el estado no hay que engañarse al respecto son antagónicos: Estado Cultura es solo una idea moderna. Lo uno vive del otro, lo uno prospera a costa de lo otro. Todas las grandes épocas de la cultura son tiempos de decadencia política: lo que es grande en el sentido de la cultura, es apolítico, incluso anti-político»: Federico Nietzsche
La única cultura que me interesa
no es siquiera una cultura. Es una urgencia
de vivencia, o acaso, sobrevivencia,
en su triste cobijo de pantano,
anhelo justiciero en medio
de culebrones y reptiles, logreros.

Si es cultura, pues tiene su preguntar filosófico,
profundas ansias, ésta se agarra
desesperadamente de lo que puede
antes que la devoren, o asesinen.

El pantano es la historia tal como la conocemos.
Agua enlentecida, empozamiento
y el ansia navegable es el aire, ritmo,
con que uno ejecuta sus pataleos de ahogado.

El Estado quiere gente apantanada
porque así culebrones y parásitos
se comen la víctima, la entretienen
con sus remeneos.

Uno llama La Cultura
a esas salpicaduras de los remeneos
mas no deja de ser el ahogado.

No olvido, yo, el ahogado,
que el poco respirar que me permito
y mis ganas de sentirme infinito
y afortunado en medio
en la precariedad de la asfixia pantanuda
es lo político, ética del sobreviviente
y ética santa, porque yo no quiero
ser como los que torturan
y apantanan la cultura y el estado.

03-08-1979

La caída


En el mundo espaciado, cuento horas
y el giro circundante me recoge. Es mi caída
en la detención de sus fenómenos y entes.

Y en el trajín de cargar con la caída,
con los muertos dejados en los ojos,
con la orilla que pisamos, semi-vivos,
uno hace tratos-con la gana de esquivar
el recuerdo, o su clamor,
o su no sé ni por qué...
¡matamos el ser más trascendente!

Y la llama cotidiana arde
queriendo entrar
sin quemarse en este abrirse,
llevar al acaecer su luz entre penumbras,
y la lluvia, el viento o la piedra son
como importunos tenderales
que dan sombra al lugar que no quieres.
El cadáver nos sigue, dentro y fuera.

De Heideggerianas
________

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martes, 27 de marzo de 2012

Carlos López Dzur y la Generación del Setenta


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Carlos López Dzur
TEXTOS SUELTOS / LIBROS DIVERSOS

Carlos López Dzur y la Generación
del Setenta


Por Juan Romero Villanueva / Guadalajara, México

El nombre de Carlos López Dzur no es desconocido en la red electrónica, donde él hizo su trinchera de comunicación desde hace más de una década, haciéndose presente, con sus archivos, para compartir nueve libros de poemas, uno o más libros de cuentos, varios volúmenes de ensayos filosóficos, novelas y monografías historiográficas sobre el Siglo XIX en San Sebastián del Pepino (Puerto Rico). Posiblemente, ya tiene cerca de medio millón de lectores de habla castellana que le admiran. Estos son cibernautas que buscan en sus escritos las facetas de conocimiento que él maneja: el genealogista, el historiador interesado en microhistorias municipales, el conocedor del Tantra Yoga, el teórico anarquista, el crítico heideggeriano y el poeta latinoamericano cuyo mundo simbólico y ecléctico, a veces contracultural, fascina a poetas nuevos y veteranos que entran en sus redes.

Hallé su nombre antologado entre los poetas nativos de Baja California (México), hecho que se explica por la creencia de que, durante el Centenario de la Fundación de la Ciudad de Tijuana, se pudo convocar la presencia de un tijuanense de excepcionales dones con la palabra poética; pero, los temas de López Dzur en revistas universitarias de UC, La Jolla y SDSU, motivos para su inclusión en la antología, aunque temas tijuanenses y chicanos, fueron signos de simpatía y solidaridad por su parte; no la determinación de su nacionalidad.

Por una pieza de prosa poética, titulada Mi araña predilecta en el congal, por años los cibernautas de El Salvador festejaban al narrador que le dio memoria humana, belleza enternecedora, al tránsito de huída y migración de una familia salvadoreña, dos enamorados que se reencuentran, tras peripecias en la frontera, tema de ese cuento. Esta familia, que entró por Tijuana a los EE.UU., escapó de una guerra de doce años que ocasionó 75,000 muertos, durante el periodo que se extiende de 1979 al 1982. Antes de plasmarse como ficción en un cuento la historia de la familia aludida fue un testimonio periodístico.

Mas no fue un salvadoreño, u otro centroamericano, quien literaturizaba la anécdota de la cruzada, el bar y el periodo bélico de la historia. Al autor bastaba ser reconocido como latinoamericano. Otros, como lectores, dijeron que López tendría que ser un héroe de los suyos. Ni aún la compositora belorusa Galina Gorelova que ha convertido en corales, música de piano para voces de barítonos, algunos textos de López Dzur, en la serie Song-Cycle on Latin American Poetry pudo, en 1986, determinar de qué país proviene este autor cuyos textos la inspiran y, que siendo latinoamericano, lo mismo trabaja con materiales conceptuales de Cachemira (India), como el tantrismo, que con temas alusivos al mundo islámico, azteca y maya, sin desdeñar su Caribe, como se evidencia con su libro Lope de Aguirre y los paraísos soñados, donde la mitología aruaco-taína se complementa con la personalidad del maltrecho Príncipe de la Libertad, buscador de El Dorado, alias Lope El Tirano o Aguirre el Loco.

Al juzgar la porción de la obra de la literatura que conociera de López Dzur, el periodista mexicano Francisco Valverde escribió:

«La producción literaria de Carlos López Dzur es multifacética y multidireccional. Este asomo es sólo un breve acercamiento a la literatura del autor que, de ninguna manera refleja todo su peso intelectual; por el contrario, sólo pretendo mostrar un aspecto de la obra del joven escritor cuya pluma es capaz de fragilizar apariencias hasta dar con la esencia en un constante ejercicio intelectual... Su obra es como un prisma que filtra luz y le da varias direcciones. Permite interpretar una historia desde una gama de puntos de vistas, pero que, sin embargo, tiene condición visceral en la medida que su obra cuestiona las formas y adornos del American Way of Life hasta hacer emerger aspectos profundos de una realidad que no es tan bondadosa.

De vigorosa prosa, rica en el manejo del lenguaje español, desde un nivel coloquial hasta un exquisito tratamiento que va del conocimiento esotérico, al religioso y al científico, la de López Dzur es obra que penetra en los laberintos de la problemática existencial de los seres marginados, olvidados y escondidos por un sistema social que hace malabarismos extraordinarios por conservar limpio el concepto de Sueño Americano.

Si alguien desea ver en la obra de López Dzur un personaje absolutamente feliz por insertado en el sistema social norteamericano difícilmente lo encontrará»: Asomo a la obra del escritor Carlos López Dzur: La Creación Literaria como Vehículo Desmitificador, 29 de diciembre de 1989, publicado en Unión Hispana (Santa Ana), ps. 25-28.

El interés por un poeta como Carlos López en los Estados Unidos, si ha sido poco, tal vez se deba a que escribe en español. Su obra está diluída en esa etiqueta dispersiva, pero a la vez unificadora que es llamada lo «Latino», es decir, no en el sentido étnico-nacional, sino el idiomático. Este es un autor que escribe en español y que, por ello, será parte de la marginalización. El Mainstream consagra a quienes hacen su crossover y, siendo latinoamericanos, escriben en inglés y se asocian a las grandes publicadoras y editoriales universitarias.

López Dzur obtuvo un premio competitivo en The Chicano Literary Contest, de la Universidad de California, Irvine, en 1986, pero, con el libro El hombre extendido, no hubo el empeño de hacer el crossover; no hubo renuncia a su idioma y a su multidireccionalidad temática. El inmigrante indocumentado de López Dzur se resiste a ser pocho. Lo mejor, o más plausible, a lo que se atreve ese mojado que penetra desde el Sur al Norte californianiano, hablante y personaje de su libro, es a solidarizarse con los que son parte sincera de un movimiento, cultural y social, que él comprende como necesario. Políticamente. López Dzur entiende la chicanidad, pues con ésta no se patrocina una asimilación para hacer menos visible y más difusa la mexicanidad ancestral. No todos los mexicoamericanos son chicanos. Pero otra vez: el autor no es un mexicano, aunque ha sido listado como tal en índices de escritores que hay en la red.

La presencia de López Dzur como estudiante graduado, profesor e investigador, en los Estados Unidos, así como sus publicaciones en California, han llamado la atención de algunos académicos y críticos. En particular, cuando fundó una revista multicultural; por desgracia, con corta vida, Sequoyah. En este proyecto, coincidieron como editores y colaboradores los doctores Juan Manuel Bernal Becerra, David Becerra, mexicanos, Ivón Gordon Vailakis, colombiana, los tres adscritos entonces a SDSU y UCI, Irvine, los profesores Césár González, Miguel Menchaca, del San Diego Community College, también mexicanos y otros. En común, el respeto por la cultura chicana.

Rosario Mosso Castro, reseñista literaria del semanario Zeta (Baja California, México), en una nota sobre los primeros cuatro números de esa revista, escribió en la edición del 11 al 17 de enero de 1991: «Sequoyah se puede considerar un espacio novedoso que, en sus primeros números, ya se empieza a perfilar como una vitrina en la que se expone la perspectiva adquirida por los artistas en el proceso de la aculturación... Por medio de los escritos se ofrece una confrontación de estudios acerca de la aculturación y las relaciones sociales. De esta manera, proporcionan al público un vistazo por ambas caras de la moneda, dándole la oportunidad de formar su propio criterio» (pág. 25).

Para César González, respetado crítico y académico chicano, Sequoyah iba en camino de «crear una promoción de nuevos artistas, críticos y poetas» dentro del movimiento.

Antes de la desaparición de Sequoyah, la presencia poética de López Dzur seguía viéndose en las ediciones de la revista Melquíades, de la Asociación de Estudiantes del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California, Irvine. Por la edición especial de esta revista, supimos que mucha obra escrita por él y que no es citada en su website como el libro de cuentos La adorada fiera, los poemarios Sisifescamente pigmalionados y Cuaderno de amor a Haití (1979), se perdieron. Este último, el Cuaderno,recibió un premio de la Sociedad Cultural Iberoamericana de Los Angeles; pero, como me escribiera López, «esos libros son un material perdido; la vida me ha exigido algunos viajes y abandonos fuera de los EE.UU. y ya no suelo mirar atrás a buscar la cantidad de libros acumulados y mis archivos personales, con textos inéditos; yo pienso que esos temas volverán con otra madurez y efectividad de palabras».

Han sido varios estudiosos mexicanos y chicanos los que se han interesado en el estudio crítico de la obra poética de López: Juan Romero y Luis Cariño Preciado estudian La Casa; David Páez, El hombre extendido, Magda del C. Iñiguez, Tantralia, Clotilde Dávila se interesa en una visión panorámica de toda su obra y la venezolana Roxana Aristy ha comentado críticamente a Lope de Aguirre y los paraísos.

Aún yéndose de Puerto Rico, a temprana edad, Carlos López Dzur mantuvo sus ojos en los horizontes puertorriqueños y su quehacer literario. Admira la obra crítica y narrativa de Carmelo Rodríguez Torres, Jorge María Ruscalleda Bercedóniz (quienes fueron sus profesores), la poesía de Vicente Rodríguez Nietzsche, autores de la Generación del '60 y muchos otros poetas, cuentistas y críticos, cuyas presencias se hicieron notorias en Guajana y En Rojo; recuerda a José Luis Méndez, Cirilo Toro Vargas, sus primer editores Ramón Vargas Pérez y Ché Meléndes, Rosario Ferré («Zona de Carga y Descarga»), los autores de las revistas Palestra, Ventana y otras, a las que enviaba sus cuentos, el género que más cultivaba entonces. Desde California enviaba sus cuentos, pero si se enteraba de lo publicado, lo adjudica a milagros.

«Sólo muy recientemente se reanudó mi contacto con escritores puertorriqueños, en vista de la necesidad de que se informara si estoy vivo o muerto, porque, si no se está materialmente con ellos, con esos escritores, o tus libros no son editados allá, ya no existes. Yo soy, sobre todo, un ciberpoeta y, triste es decirlo, pero los pepinianos, si me conocen es, por referencia, porque siempre tengo una monografía disponible, novedosa, creada con el material que por mí fue recaudado en tareas de investigación por años; aún así, me siento muy cerca de ellos. Mis libros, casi completos, pueden accesarse en la internet. Lo que yo entiendo que es mi tarea, como poeta y narrador, es dar la oportunidad a que se conozca mi obra y se lea. En ese sentido, siento que he cumplido con decir, No estoy muerto; sí muy activo. armonizando mis caprichos con palabras; aunque estoy críticamente inédito».
De quienes en Puerto Rico, en cuya Generación del Setenta halla su pertenencia por afinidad de lecturas y amparos de formación académica e intelectual, vieron en él una promesa de consistencia creadora, mencionó al poeta, crítico, teórico y editor Joserramón Meléndes, al teatrista, poeta y sicólogo Dr. Joaquín Torres Feliciano y al poeta Iván Silén, los dos últimos residentes en Nueva York. A estos hombres, él reconocerá «un sentido de genialidad, energías creativas de impacto; la obra de ellos crean adhesiones e influencias profundas. Uno se siente orgulloso de tenerlos como mentores; guías generacionales, en tiempos en que hay tanta egomanía y exclusión».

Conociéndolos, leyéndolos, conversándoles, «uno puede seguir su propio camino; estar ausente y sentir la calidez con que dan la bienvenida a lo que publicas; ellos sí te leen; otros se leen y se aplauden vanidosamente a ellos mismos». De Torres Feliciano recibió el apoyo para su proyecto acerca de la historia municipal del pueblo de Puerto Rico que más ama (San Sebastián del Pepino) y que, como prerrequisto, tuvo el desafiar los tabúes y apaños del desinterés y el encubrimiento saboteador, sólo así se reestablecería un canal de diálogo y recuperación del pasado histórico que estudia.

Joserramón Meléndes publicó los primeros 19 cuentos que López escribiera y que constituyeron Sarnas de la ira parda, publicado en agosto de 1980, en cuya contratapa el poeta y editor de QeAse, resumiría el contenido del libro y la significación del autor para la literatura del país, estando él en una etapa tan joven de su vida:

«Si Lope de Aguirre es el segundón, bruto i solo, botado a su erensia asia un sueño cuya realisasión es el desqite; La casa de Evaristo representa la trajedia de una peqeña burgesía falsificada cuya liberasión es la ruina. Si Rafa te ví es la nostaljia del poder nacional abortado por una clase compatriota predominante de asalariados miserables; Doña Bisa es el fantasma de su alcanse, asta en su fantasmagoría, destronado por la bulgaridá. Así, nostaljia i falsificasión de las salbasiones El alma de papel i El descarnamiento; como son berdades cotiadianas El reloj, El veterano, El testimonio, ¿Cómo eres?, de la bida mediana jeneralisada i sus salidas. I en la capa más profunda de lo sosial, en lo inconsiente, esa muerte tuyida de La cajita de maullidos (¿símbolo?), i esa promiscuidá, ese insesto de la miseria qe corre desde El salvador asta La cacería; lúsido catálogo de deprabasiones, como un retrato del fracaso sobreimponiendo los prosesos autocanselantes de la irrealisasión... Como dijimos cuando su poesía: Lo qe aya qe desir de Carlos A. López, se dirá de su prosa. Sus cuentos retoman la altura de la mejor tradisión puertorriqeña qe conosimos asta Luis Rafael Sánchez»
En las revistas de la Generación del '70, López Dzur tiene alguna presencia como colaborador de cuentos. Dice que son textos que ya no recuerda. Un día le sorprendió que recibiera una carta del Dr. Alberto Martínez, diciéndole cuanto lo admiraba y recordarlo por los cuentos de «Sarnas y otros que ya no recuerdo, aunque sus títulos se me hicieron familiares».

Para esos mismos días, es que López Dzur responde al llamado de autores y compueblanos como el cuentista Dr. Cecilio R. Font, Ramón Luis Cardé, Eliut González y Joaquín Torres Feliciano, quienes de alguna manera se recontactaron con su obra y saben cuán activo continúa como creador.

Los libros poéticos de López Dzur son inmensos y cambiantes. Por lo general, son poemas extensos numerados que trabajan en torno a tópicos que se relaciona al metarrelato metafórico mayor. Es la razón por la cual él no se decide, comúnmente, a publicar en papel y fijar así las unidades de aproximación a sus temas. En el proceso de escribir va parejo su proceso reflexivo.

«Escribo para vaciar cosas que ya he pensado sobre mis temas. Pienso que regresaré a mis textos poéticos y que será divertido dar explicaciones filosóficas a lectores que no tienen mucho entrenamiento para comprender lo dicho, tienen el entusiasm espontáneo y puro; ya he encontrado y dialogado con existencialistas y heideggerianos. Ellos toman muy en serio mis poemas, aunque les digo que son apuntes. No publico libros porque mis textos son provisionales y me gusta reinterpretar, hermenéuticamente; luego, trabajo en muchos géneros (cuento, novela y ensayo), y no digo que sufro organizando esos materiales, sólo que me disperso; toda mi obra es una vivencia de arte, no entendida como premura o conjuntos de reglas, por la que siento el afán de normatizar y datar para una bibliografía... Recuerdo a Rubén Darío cuando decía, ya no sé dónde, que el arte es una armonía de caprichos».
En la selección que hicimos aquí, para esta primera antología, tomamos en cuenta nueve libros que son de acceso público por la internet en los archivos poéticos del autor. También muchos de estos textos han sido compartidos en revistas electrónicas, principalmente, El Perro Andaluz, Adamar, Relim, SerPoeta.com, Mizares, Letralia, Muestrario de Palabras y otras. No hay, como se verá, un orden cronológico de su autoría y publicaciones.

Son libros prácticamente inéditos para quienes leen sólo lo que se edita en papel y no son activos cibernautas. Cualquiera de los libros puede contener textos que fueron escritos a mediados de la década del 1970, cuando arranca su deseo de poetizar, pese a la predilección por el cuento. Sus libros con poemas de más reciente creación son Estéticas mostrencas y El Libro de la guerra.

Este último porque el atentado del 9 /11, la Doctrina Bush, The Patriotic Act y la diplomacia de fuerza y despojo en Medio Oriente le permite el ejercicio poético como protesta. Los poemas, elaborados más tempranamente en su historial poético, están predominantemente insertados en los libros, Las zonas del carácter y
Heideggerianas. En las nueve partes de este libro hay, como muestrario antológico, los textos que revelan el origen y la unidad del libro pretendido por el autor. He respetado el criterio de López Dzur en cuanto a seleccionar los poemas que dan mejor la idea de la intencionalidad del autor al titular, conjuntar y organizar ciertos temas que son, primordialmente, los siguientes:

(1) El hombre extendido, libro que fuera premiado en UC, Irvine, y parcialmente publicado en papel, explora el tema de la emigración, la solidaridad con el paisano indocumentado en los EE.UU. que arribara por necesidad, con una intensa ética de trabajo y ambición de progreso, los desafíos materiales y espirituales de tal inmigrante, los problemas de su explotación y desajuste cultural en el Norte, el deseo de participación en el difuso Sueño Americano, la noción de su soledad (como se puede ver en textos como Me olvidan, A nadie tengo aquí y Negada fue la Tula verdadera). Hay unas líneas de un poema del libro que sostienen la atmósfera optimista del libro y que explica el título: Me gusta ser el hombre / que se extiende / una frontera más, / allende la tristeza.

(2) Su libro
Tijuana: dolor de parto es el homenaje a una ciudad en la frontera mexicana con San Diego, donde viviera el autor y que, dentro de esa coyuntura que mezcla una asimilación desordenada, se fortalece con un tránsito de población de la provincia y de Centro América que la reviste de su personalidad, de modo que no perezca su latinidad esencial. Tijuana está en un parto permanente y marca el contraste entre la ciudad primorosa del Mundo Desarrollado y la ciudad tercermundista. Lo que en Tijuana es importante, al parecer de López Dzur, es la gente que describe y conoce de ese lugar. Explica que la idea de escribir su libro sobre Tijuana surgió con Las Esfinges, textos sobre las calles Coauhuila y Revolución, textos a los que quiso buscar una unidad etológica diferente a la que se contiene en Tantralia y El hombre extendido. El primer texto que escribiera para ese libro se relacionó a La Ballena, la barra / taberna más grande del mundo hasta que desapareciera a principios del '60.

(3) La casa es un libro que se publicó en papel, en 1987, con prólogo de Juan Romero Villanueva. Se expone en el libro que el lenguaje es la casa del Ser. Al comentar estos elementos, el reseñista peruano Luis Mendoza Cordero mencionara en un escrito en la prensa, el 22 de enero de 1987: «López Dzur evidencia que su vena creativa es una catarata de verbos y figuras linguísticas, refrescante y torrencialmente desatada... En uno de sus libros ('La Casa', 1987) encontramos reminiscencias filosóficas del tantrismo védico... Es latente la reflexión heideggeriana, la incansable búsqueda ontológica del ser en el lenguaje».

El chileno Eduardo Rojas escribe: «Carlos López Dzur tiene la virtud de atrapar al lector con su populismo social, lleno de crudeza, de una violencia sutil que a ratos estremece... En pese, ¿de dónde nace este manantial creativo del poeta? Simplemente, de su andar por la vida, de sus experiencias, de sus memorias y viajes, de su incansable búsqueda por encontrar la verdad».

El prologuista de este libro también recuerda:

«En su caso (Carlos López Dzur), se armonizan dos culturas en una forma que respeta la expresión invocativa, profética y lamentativa, de lo hebreo y la espontaneidad y franqueza del Caribe. Como moderno Jeremías, profiere sus 'Lamentaciones' y conmina a los creadores a que vean la situación actual de la literatura, cuestionándoles como el profeta: ¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad y ved si hay dolor como mi dolor me ha venido (Lamentaciones 1:12)... En sí, López Dzur viene a ser la personificación de los caracteres favoritos del dramaturgo Alejandro Casona, quien llamó sembradores de amor, caridad y poesía' a quienes crean formas que dan algo de felicidad a otros».
Y Adriana Cortez Reyna agrega: «En realidad, el libro La casa habla claramente de la vida y del origen del autor, haciéndolo original porque es difícil hablar del anarquismo, cuanto más llevarlo a las páginas del libro y sostenerlo como López Dzur» (en el semanario ZETA, Tijuana, Baja California, 10 al 17 de marzo de 1989), citado de su reseña del libro.

(4) Tantralia es el libro lopezuriano que impacta a todos los que leen sus textos sobre la sexualidad y las relaciones humanas. López Dzur dice que ese libro constituye uno por el que preguntan quienes, cansados de leer sus temas políticos e históricos, irrumpen con la interrogante: ¿Escribes temas románticos? Sin embargo, cuando se comienza a leer Tantralia, uno de sus libros más extensos y complejos, es obvio que el poeta se ha puesto a pensar en la cosmogénesis con imágenes poéticas, al viejo estilo de los griegos y el orfismo. Es obvio que elucubra sobre la evolución química del Universo, el equilibrio termodinámico de la Física, previo a la evolución orgánica, con conceptos del Vedanta y el Tantrismo / ciencia del éxtasis, el placer y el amor. Y, si bien él no es un físico-matemático, sus codificaciones son ejemplos de su vasta curiosidad por la síntesis de imaginación y especulación científica, de arte y ciencia.

El gozo tántrico de la vida y el sexo, se aplica a la visión cósmica de todo lo existente. López Dzur habla sobre un universo que evita su colapso (su entropía negativa) al mantener ese balance de atracción y repulsión, que plasma el universo estático, universo eterno, con procesos irreversibles y equilibrio termodinámico. Universe is still busy unwinding and wounding up, escribe él a una de sus lectoras interesada en sus comceptos tántricos sobre la energía. Además de su manejo del erotismo, léxica y líricamente metaforizado y dignificado, pero suficientemente pasional para revelar las convicciones sinceras del autor, Tantralia da homenaje a Shiva (Siva) y Parvati / Shakti. López reconstruye poéticamente la dialéctica Destrucción (maximum molecular disorder, or entropy, after a pre-existing void / y Conservación (la gravedad como fuerza atractiva. Su Durga erotizadora refiere a las condiciones extremas del universo inicial, pero tal primeval universe, or big bang singularity, finalmente es descrito con los símbolos creativos, manifestados, de un Gran Orgasmo.

En sus orígenes doctrinales, más que hoy, los antiguos diálogos entre Siva y su consorte Durga tocaban 5 diferentes materias: (1) la manifestación y evolución del universo; (2) su destrucción (siendo esta la etapa en que Durga se sincretiza con Kali, la deidad negra de la que Calcuta adquiere su nombre; (3) la adoración de divinidades (energías); (4) la obtención de objetos o bienes por deseo egoico o, en su mejor caso, de super facultades (de tipo espiritual) y, finalmente, (5) los modos ritualizables o métodos para la unión con la divinidad suprema del cosmos a través de la meditación contemplativa.

Esta poesía de Tantralia escarba en las cinco inquietudes de una doctrina que data de la más remota antiguedad.

(5) Heideggerianas no es una refutación de Martin Heidegger, sino el descubrimiento de los puntos de coincidencia. Los tópicos del Don Nadie y el destino en común, la inautenticidad y las temporizaciones del ser-hombre en su mundanidad, son temas recurrentes en la poética de López.

(6) Las zonas del carácter son un libro de confesiones biográficas. El autor habla de su carácter y temperamento. De este libro, una continuación si se quiere de La Casa, vale decir lo mismo que ya es mencionado por los reseñistas.

(7) El Libro de la guerra es un libro de combate espiritual; pero un alegato sinceramente pacifista. Aquí está su pausado empeño por trabajar en un libro que titulara El libro de anarquistas que se tornó en prosa y crítica literaria.

Al juzgar algunos temas del libro, el poeta y escritor Daniel Montoly ha dicho:

«... En estos tiempos de complicidad alzar la voz contra los poderosos y tomar partido por los débiles, es como suicidarse grupalmente, porque la indiferencia parece ser la nueva moneda de cuño y los pilatos abundan por doquier. Admiro que tengas una conciencia tan clara en cuanto a la finalidad de la poesía en un momento que muchos la usan para limpiarse el trasero de manera metafísica. Infiero que eres joven y que te aguarda un gran trecho de éxito por delante, porque tienes coraje y fuerza expresiva en lo que escribes, pero sobre todo sabes ir al lado donde los tiempos demandan que vayas. Haces un excelente recorrido por conceptos y tópicos tan interesantes y para algunos desconocidos. Eso es lo importante de quienes dominan la información y saben comer de otras manos, que no son las oficialmente correctas».
(8) Las Estéticas mostrencas y vitales es una evaluación de las ideologías artísticas y político-sociales más importantes de este siglo. A lo largo del extenso libro, Estéticas es posible darse cuenta la cantidad y diversidad de lecturas que han formado a este autor.

(9) Lope de Aguirre es una figura fascinante de la historia de la Conquista en la América hispánica. El personaje Aguirre el Loco ha fascinado a Carlos López, desde los tiempos de sus primeros cuentos de Sarnas (1980), pero es en el libro Lope de Aguirre y los paraísos soñados donde abunda y explicita el por qué. La poeta Roxane Aristy reaccionó al contenido del poemario diciendo:

«Tu libro Lope de Aguirre y los paraísos soñados alcanza la expresión mitopoética y filosófica de un mundo-selva donde los taínos comulgaban con la naturaleza y eran parte del balance mismo de su ecosistema. Logras pintar el cuadro histórico, la idiosincrasia de los conquistadores y los personajes, cuyo individualismo acentúas y llenas de colorido. Rescatas a las que de otras formas serían las páginas dormidas y olvidadas de un avariento, intelectual y religiosamente obsceno pasaje histórico... Tu voz, tu intención, tu sentimiento y la voz del bohique se hacen una sola voz... Me hubiera gustado que los otros personajes centrales me hablaran personalmente de su dolor... Para mí, no hay separación entre el arte, la filosofia y los eventos reales y surreales que se dan en este camino experimental que llamamos vida. De manera que el tratamiento que le he dado a tu libro ha sido de profunda atención y meditación... El uso de términos del tantrismo y en sáncrito en la primera parte no me pareció chocante, ni innecesario. Quizás porque tenía frente a mí la tarea de aprender un nuevo vocabulario y ya fuera praxis o ditas, no hacía gran diferencia. Eran igualmente dos palabras desconocidas para mí».

«Después de releer la primera parte, pude apreciar alguno de los juegos polisémicos en tu poesía. No creo que te afanaras en "agotar" de una manera frívola los significados de estos lenguajes y, aún más, de estos dos sistemas de creencias, sino que, más bien, los fundiste en su universalidad e hiciste que se complementaran en su esencia intrinseca... Liani es una flor sexual y tú (el bohique) le cantas con la voz-amante. Ya quisiera toda mujer que se le amara con esta fusion de necesidad de sustención y de placer; con todas las papilas gustativas ahí, para distinguir cada sabor, para comer de su variación, y su abundancia con un embebimiento físico y espiritual. Liani es la naturaleza fértil y satisfaciente. Es Atabai, la diosa del amor, y el amor para los seres de la Tierra. Es sensual, todo lo que es y se percibe es al través de los sentidos. Es una danza rítmica. Es el latir del tambor, el guayo que raspa la sonoridad de gozo, de excitación sexual que tensa los músculos y los mece, y lubrica las partes recónditas de la fuente de donde fluye la dicha total, la celebración de estar vivo».

Todo ésto y más está plasmado en esta antología. La voz poéica de López Dzur es fecunda dentro de las muchas perspectivas que se dieron en la generación literaria que le dio pautas.
JRV / México

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